Tenían un sueño y este miércoles lo cumplieron. Pepe Salueña, Elías Yela, Alejandro Lasala, Álvaro García y Javier Tomás consiguieron cruzar el Estrecho a nado en un tiempo de tres horas y 18 minutos, con unas buenas condiciones de mar que convirtieron la travesía en una experiencia inolvidable.
Llevaban ya varios días ubicados en Tarifa y el mar parecía no dar tregua. Niebla y cambios de viento impedían que los cinco valientes pudieran salir. “Ayer, a las 13.20 horas, nos avisaron para salir a las 14.00 horas”, narra Salueña desde Tarifa, emocionado tras el logro conseguido. “La visibilidad no era buena y no sabíamos cómo evolucionaría, pero a las 15.00 horas nos subimos al barco para intentarlo”. Una vez en el barco, les prohibieron salir ante la falta de visibilidad pero, finalmente, a las 15.15 horas pudieron saltar al mar. “Según avanzamos la niebla se levantó y quedó un día perfecto. El mar estuvo muy bien, cogimos siempre la corriente buena y fue una travesía muy bonita”, explica Salueña.
Fueron los cinco a la vez, “y los cinco muy bien”, relata. “Distribuimos el trayecto en tres etapas. Alejandro tiró durante la primera hora a un ritmo cómodo y constante. En la segunda hora se puso Elías a tirar, y la verdad que la primera fue una hora dura. Luego Elías hizo relevos con Álvaro y entre los dos tiraron en la segunda. De ahí al final fuimos los cinco en paralelo porque cogimos una corriente muy buena. Fue un momento espectacular porque íbamos los cinco juntos”, describe el nadador.
Cuando llegaron al peñasco que les daba la bienvenida a tierra, la bandera aragonesa ondeó feliz con ellos. “Fue un momento de mucha tensión acumulada. Se mezclan muchos sentimientos, es algo que no se puede describir”, apunta Salueña. Y es que, según afirma este deportista, “no es solamente el hecho de la travesía, sino que vas recordando todos los días que hemos estado juntos, que has entrenado, los días de tensión aquí cuando no sabíamos si lo íbamos a poder hacer o no…”.
Pero, sobre todo, si algo estaba presente en la mente de estos valientes era el apoyo recibido en esta aventura. “Piensas que estás haciendo algo muy bonito y muy grande. Hemos sentido el apoyo de todo el mundo. Y nosotros cinco vamos nadando, pero en los barcos iban novias, mujeres, amigos que han venido a vernos….”. En definitiva, todo un trabajo en equipo. “Te queda al final una sensación de bienestar de haber podido realizar todo el trabajo en equipo, y que todo haya salido perfecto. Es la recompensa al trabajo. Una sensación muy bonita”, concluye Salueña.
Ahora, Elías y Álvaro continúan sus vacaciones y el resto regresa el domingo a Zaragoza con la emoción de haber cumplido un sueño y de haber superado este reto con trabajo y esfuerzo.
*Bomberos de Zaragoza