Un viento huracanado fue ayer el imprevisto protagonista del día en Zaragoza, en todo el Valle del Ebro y en las Cinco Villas. En la capital aragonesa soplaron rachas de hasta 107 kilómetros por hora que derribaron medio centenar de árboles, arrancaron carteles, antenas y tejas y provocaron grandes desperfectos en el mobiliario urbano y en numerosas cubiertas. Sin embargo, no se produjeron daños personales.
Ante la situación creada por el vendaval, que continuará a lo largo del día de hoy, el ayuntamiento se vio obligado a activar el Plan Municipal de Protección Civil, al tiempo que se decretaba la alerta naranja.
Los servicios municipales trabajaron a tope durante todo el día. La Policía Local recibió más de 300 llamadas de ciudadanos, en su mayoría relacionadas con los problemas causados con el viento. Por su parte, Protección Civil canalizó 220 llamadas de emergencia, de las que 71 era por troncos derribados. Y los Bomberos efectuaron más de 60 intervenciones, sobre todo para retirar árboles y ramas que habían caído en parques o sobre calzadas y aceras en el centro y en todos los barrios de la ciudad.
Foto: SOLER / MARCHADOR / MUELA / GALINDO
LETREROS EN EQUILIBRIO
Algunos de los árboles eran de gran tamaño, como uno caído a las 11.45 horas en Fernando el Católico, que golpeó un vehículo que circulaba por la zona en ese momento. El conductor fue trasladado a un centro sanitario, pero en principio no presentaba ninguna lesión. Otros dos coches fueron aplastados por árboles en Duquesa Villahermosa y cera del Royo Villanova. Otro ejemplar de grandes dimensiones se desplomó sobre Vía Ibérica en torno a las cuatro de la tarde y fue necesario cortar temporalmente el tráfico de salida de Zaragoza.
El riesgo de caída de árboles llevó a las autoridades municipales a prohibir la entrada en los parques de la ciudad, donde se colocaron precintos para avisar a los usuarios. De hecho, en las zonas verdes se registraron varias caídas de árboles, como sucedió en el parque Miraflores y en el del Tío Jorge.
Los letreros publicitarios fueron otro de los puntos que centraron la atención de los Bomberos, que destinaron a labores relacionadas con el vendaval tres autoescalas y varios vehículos de menor tamaño.
Foto: SOLER / MARCHADOR / MUELA / GALINDO
En el edificio de Aragonia, inaugurado el pasado verano, el viento derribó una de las letras de su letrero, colocado en la azotea. Y en el Camino de las Torres, los vecinos del bloque que hace esquina con la calle de la Paz llamaron alarmados a la Policía Local al observar que un cartel gigantesco de Coca-Cola situado en el tejado se movía peligrosamente e incluso llegó a soltarse parte de una letra.
Todas estas incidencias afectaron al tráfico rodado, pues fue preciso cerrar el paso de vehículos por muchas calles, mientras los Bomberos retiraban los elementos a punto de caerse o talaban los árboles que corrían el riesgo de caerse. Además, muchos coches fueron golpeados por contenedores arrastrados por el viento. "No damos abasto", comentó un miembro del 092. "Los teléfonos no paran de sonar para pedir ayuda y muchos automóviles han sufrido daños de chapa", agregó el policía.
Los mayores daños materiales se produjeron en la capital aragonesa y en su entorno. Este es el caso de Garrapinillos, donde el viento complicó las tareas de extinción de un incendio declarado en una vivienda unifamiliar situada en Torre Balmes. Los Bomberos necesitaron dos horas y media para extinguir las llamas, que eran reavivadas continuamente por las rachas que soplaban sin parar.
Esta situación se prolongará al menos hasta el jueves, aunque con tendencia a una disminución de la fuerza del viento, que hoy alcanzará una velocidad de 80 kilómetros por hora en el valle del Ebro, en el sur de Huesca y en la Ibérica de Zaragoza y Teruel.
Por ello, el Albergue Municipal de Zaragoza activó ayer su plan de emergencia, que supone abrir sus instalaciones a todas las personas que carezcan de alojamiento, a las que se facilitará bebida y comida gratis.
En cualquier caso, el ayuntamiento advierte que hoy se mantiene la situación de alerta amarilla y aconseja no atravesar los parques públicos.