Foto: Enjambre retirado de una terraza de un bar por los bomberos. Heraldo de Aragón |
Los bomberos de Zaragoza han
recogido en la última semana una media de diez enjambres de abejas diarios,
enjambres del tamaño de una manzana y de hasta un balón de fútbol que aparecen
en terrazas, ventanas, parques o jardines por toda la ciudad con la llegada del
calor.
Las abejas reinas se activan
después del invierno y cambian de panal, llevando la colmena a nuevos nidos que
construyen en otras localizaciones, cerca de oquedades donde refugiarse y de
zonas verdes donde buscan su alimento. En los últimos días, los bomberos de
Zaragoza han comenzado a recibir avisos de decenas de panales que han aparecido
en barrios como la Jota, el Actur, Rosales del Canal, la zona centro, Condes de
Aragón, la Avenida de la Ilustración o Monzalbarba.
La abeja es un insecto protegido,
está prohibido eliminarlas, de manera que los agentes, preparados con un traje
especial y guantes, han de recogerlas y guardarlas con una reserva de comida y
entregárselas a un apicultor. "Tenemos una lista de unos diez apicultores
que vienen casi a diario a recoger las abejas donde las unen a sus colmenas
para aumentar su producción de miel", ha explicado José Lasobras, jefe de
sala del cuerpo de bomberos municipal.
Los bomberos utilizan una
pastilla de humo para adormecerlas, recogerlas una a una y depositarlas en
pequeñas cajas preparadas para mantenerlas vivas durante varios días, una labor
que realizan en las primeras horas de la mañana, antes de que suba la
temperatura. Cuándo retirar el panal es una de las claves para recopilar un
buen número ya que la mayoría de las abejas trabajan fuera en las horas de sol,
"por lo hay que procurar no dejarlas sin el panal y tratarlas con
cuidado", añade Lasobras.
Algunos bomberos se han
aficionado a la apicultura después de trabajar con estos animales, como es el
caso de Jorge Cartiel, que en 2006 se montó un colmenar en su casa en el
municipio de Anento. "Hace años no venían tantos apicultores y se nos
acumulaban - a pesar de que había menos- así que decidí montarme un colmenar
para darles salida y la verdad es que es un animal que cuando no lo conoces
puede dar miedo, pero es amable y si no las presionan no pican", explica
Cartiel.
Cada colmena puede producir de
cinco a diez kilos de miel, dependiendo de la floración y de la calidad de la
reina por lo que la lista de apicultores dispuestos a llegar desde diferentes
puntos de la provincia para llevárselas está creciendo. "El pasado
miércoles, un apicultor de Cariñena se llevó ocho enjambres para ampliar su
colmenar y cada día recibimos más llamadas para preguntar si tenemos nuevos
panales", ha explicado Cartiel.
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