Los bomberos van sacando poco a poco los cuerpos de los fallecidos en el incendio |
Aragón Digital. Luis Miguel Gabás.
Un cruento incendio, en la
madrugada del domingo 14 de enero de 1990, en la discoteca Flying, ubicada en
Zaragoza, se llevó la vida de 43 personas y una resultó gravemente herida.
Después de 24 años de lo sucedido, los familiares de las víctimas han vuelto a
recibir un nuevo revés judicial al ser desestimado un recurso en el que se
pedía que el Consistorio zaragozano y el Gobierno de Aragón fueran considerados
responsables.
Los magistrados de la Sección
Quinta del tribunal provincial señalan en una sentencia, a la que ha tenido
acceso ARAGÓN PRESS, que “la falta de acreditación del origen del incendio,
fuera de que se trató de un fallo eléctrico en un lugar más o menos
determinado, impide realizar la valoración jurídica imprescindible para la
fijación de las responsabilidades reclamadas”.
No obstante, la Audiencia de
Zaragoza sí reconoce que “algunas actuaciones administrativas constituyen un
funcionamiento anormal del servicio público por infracción de la normativa
administrativa”.
En este sentido, a lo largo del
fallo, se detallan diferentes problemas existentes en este suceso como que “no
existió proyecto, tramitación y aprobación de las instalaciones de
climatización y aire caliente ante la administración competente”. Una situación
que respondía a que existían unas instalaciones de aire acondicionado previas,
el proyecto de instalación eléctrica sometido a autorización administrativa
contemplaba una determinada potencia destinada a su funcionamiento, aunque no
se solicitó por la propiedad –el dueño era Faustino Martínez y el encargado del
local, Francisco Lacruz– la autorización para dicha instalación a consecuencia
de la modificación de las mismas.
Esta realidad, a juicio de los
jueces, es “reprochable al propietario, no a la administración que no tuvo
conocimiento de ello”.
En esta sentencia se confirma la
sentencia de un juzgado civil, al que acudieron familiares de 22 víctimas, en
la que se condena al encargado del local, Francisco Lacruz Barrios, a hacerse
cargo del pago de las indemnizaciones, que cifra en 60.101,21 euros por cada
fallecido, y en 240.000 para la mujer que a causa de las graves quemaduras
perdió una mano. Como Francisco Lacruz falleció en 2003, la titular del Juzgado
de Primera Instancia número 1 condenó a los “ignorados” herederos del que fuera
encargado de la discoteca y que están declarados en rebeldía.
Subsidiariamente, declaró la
responsabilidad del dueño de Flying, aunque no han podido ver ese dinero, ya
que Martínez fue condenado a dos años de cárcel en 2006 por la Audiencia
Provincial por insolvencia fraudulenta, puesto que, según quedó probado, toda
la actividad del condenado tras el incendio estuvo dirigida a impedir u
obstaculizar los pagos tanto a las víctimas como a sus acreedores.
Unas paredes forradas de moquetas
El incendio se originó en el
falso techo de la planta baja, junto a la salida de emergencia, donde confluían
la escayola, los forrados de la insonorización y las conducciones eléctricas
sin protección. Judicialmente se consideró el origen en los cables eléctricos
que sufrieron recalentamiento y se requemaron previsiblemente por la producción
de algún cortocircuito que originó la chispa.
Las paredes de la discoteca
estaban forradas por materiales altamente combustibles, además de la existencia
de sofás perimetrales de madera y goma espuma. El fuego fue sofocado por los
bomberos en apenas veinte minutos, pero los gases emanados de los materiales
plásticos hicieron que las víctimas no murieran carbonizadas, sino asfixiadas y
aplastadas al intentar huir.
Según testigos presenciales la
discoteca se encontraba ocupada en ese momento por aproximadamente 130 personas
repartidas en las dos plantas (baja y sótano) en que se desarrollaba el local.
1 comentario:
Y viendo que hace poco hubo otro accidente en el pabellón Madrid Arena, se ve que no han mejorado los protocolos de evacuación de las fiestas.
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