Foto: Ángel de Castro |
El Periódico de Aragón. F.M.H.
No habrá recortes ni falta de
presupuesto en los centros de menores tutelados, pero ayer, tras dos años
esperando una obra que nunca llegó, cincuenta metros lineales de muro cayeron
sobre el patio de uno de ellos, ubicado en el paseo Tierno Galván de Zaragoza.
Afortunadamente, la zona estaba vallada, porque los responsables del complejo
sospechaban que esto podía pasar. Aún así, un par de vehículos resultaron
dañados por el empuje de las vallas, y un matrimonio tuvo que abandonar una
casa contigua ante la inestabilidad del terreno.
El desplome de unos cincuenta
metros lineales ocurrió en torno a las 19.00 horas, según explicó en el lugar
el técnico jefe de guardia de los Bomberos de Zaragoza. Bonafonte relacionó el
desplome con las últimas lluvias, que habrían reblandecido la ladera de tierra
sobre la que apoya el doble muro. Aunque apuntaron que el problema venía de
lejos, como confirmaron fuentes del centro.
Hace unos dos años que alertaron
a la DGA --responsable del complejo-- y al Ayuntamiento de Zaragoza de que la
pared presentaba grietas y se abombaba. Desde entonces estaban esperando un
informe técnico que avalara o desaconsejase las obras, que ahora tendrán que
llegar por obligación. Como precaución habían vallado el perímetro del patio de
recreo; aún así, los abundantes cascotes al parecer empujaron la valla y
abollaron un par de furgonetas que tuvieron que ser retiradas, según los
bomberos.
INESTABILIDAD
El problema no terminó ayer, tras
la inspección del técnico de guardia, y no solo por la laboriosa limpieza de
cascotes. El muro exterior cayó, pero el desplome ha puesto de manifiesto la
inestabilidad del interior.
Esto no solo afecta a la ladera
frente al centro, sino a la calle Mallorca, contigua, a bastantes metros sobre
el nivel del paseo Tierno Galván. La calle termina en una valla que apoya en el
muro caído, y tendrá que ser retirada y afianzada con urgencia.
Por precaución, los bomberos
aconsejaron al matrimonio que vive en la casa al borde del precipicio que la
abandonasen. "La casa no corre peligro", aclaró el técnico Bonafonte,
pero sí el pequeño camino de acceso hasta la puerta, apoyado en el mismo
terreno que la valla comprometida. Por ello, el matrimonio se trasladó
temporalmente con sus hijos, según indicaron algunos vecinos.
Hoy, técnicos municipales y
probablemente también de la DGA visitarán la zona para evaluar los daños y
decidir qué actuaciones llevan a cabo en la zona. Un terreno sin acabar, según
explicaron los habitantes de la zona, ya que según les dijeron estaba previsto
prolongar la calle Mallorca más allá de la zona del desplome. Pero el proyecto
nunca llegó a acometerse, como tampoco el afianzamiento del muro.
No es la primera vez que el
consistorio y la DGA sufren problemas de desplomes, como sucedió el pasado mes
de marzo en el colegio Santo Domingo, cuando un alero cayó y aplastó varios
vehículos. Tras este desperfecto, y otro casi consecutivo --pero mucho menor--
en el Joaquín Costa, se intensificó la revisión de instalaciones.
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