El primer método es el que utilizamos aquí. Mediante cojines neumáticos, convenientemente colocados en los puntos previstos para el izado, se acciona el mando que permite inflar simultáneamente los cojines situados a ambos lados del tranvía. Es un método adaptado ya que el vehículo no está preparado para la herramienta, es decir, durante su fabricación no han pensado en una herramienta específica de rescate. En el siguiente vídeo se puede apreciar este sistema (minuto 7.30).
En el segundo método el vehículo ya se a adaptado durante su fabricación para la herramienta a utilizar en el rescate. El tranvía cuenta con unos puntos donde los bomberos, mediante unos grandes bulones, colocan unos gatos oleohidráulicos para izarlo. Este sistema también permite colocar un sistema de elevación para la grúa en los mismos bulones.
El tercer método además de izar el tranvía también permite desplazarlo horizontalmente. Es lo que se conoce como encarrilador. Este sistema tiene la ventaja de poder ser utilizado, por ejemplo, cuando una persona queda atrapada entre el tranvía y la parada, donde no queda espacio para trabajar. De esta forma se puede desplazar el tranvía lateralmente para poder sacar a la persona.
Aunque existen diferentes tipos de encarriladores, en este me ha gustado el sistema que tienen de calzarse los propios cilindros. Si nos fijamos en los dos vídeos anteriores el tranvía se calza con tacos de madera, mientras que en este el propio cilindro sirve para colocar los calzos. Unos aros externos y unos cilindros interiores se van alternando en el avance del cilindro oleohidráulico.
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