A. Navarro |
El fuego, que arrasó ayer cerca de mil toneladas de papel en una de las naves de Saica en El Burgo de Ebro, ha sido apagado de madrugada. A las siete de la mañana han vuelto los últimos efectivos del cuerpo de Bomberos de Zaragoza. Tan solo ha quedado en el lugar del incendio un retén "como prevención".
La noche, señalan desde Bomberos, se ha destinado "a destajar las pacas de papel para no dejar nada sin apagar".
A las 7.00 el fuego se ha dado por extinguido, aunque en la zona se ha quedado una dotación de Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), ya que se trata de un material muy compactado y hay que asegurarse de que no quedan focos.
En total han participado en las labores de extinción seis dotaciones de Bomberos de Zaragoza, un coche de mando y una ambulancia, además de varias dotaciones más de Bomberos de la DPZ, provenientes de parques cercanos.
Las mismas fuentes han reconocido que ha sido "muy difícil" apagar el fuego y se ha trabajado toda la noche, pero se han valorado los medios de prevención de los que dispone la planta, que han evitado consecuencias peores.
El fuego se originó a las 19.35 del domingo
Un incendio arrasó ayer cerca de mil toneladas de papel en una de las naves que la empresa Saica tiene en El Burgo de Ebro. El fuego, cuyas causas exactas se desconocen, se originó a las 19.35 en un almacén de papel recuperado de unos 1.500 metros cuadrados de superficie y generó llamas de gran envergadura. Los sistemas pasivos de la factoría -muros de hormigón de unos seis metros y cortinas de agua verticales- ayudaron a controlar el incendio, aunque fue necesaria la intervención de los bomberos para extinguirlo y enfriar los rescoldos. No hubo que lamentar daños personales.
El director de la fábrica de El Burgo, José Manuel Barroso, comentó que se está investigando el origen del fuego, aunque -dijo- podría haberse producido a causa de algún objeto que hubiese en las varas de papel recuperado o también por fermentación. En algunos tipos de almacenajes en los que se concentra materia orgánica puede darse la posibilidad de que esta entre en combustión espontánea. En el papel no es frecuente, pero cuando se mezclan depósitos de cartón para reciclar que llegan con esa materia orgánica, la cual puede fermentar, no es descartable que pueda producirse la llamada combustión espontánea.
Este tipo de incendios se producen normalmente en almacenamiento de alfalfa, paja o carbón y su extinción es laboriosa y lenta, pues el material que entra en combustión debe consumirse y apagarse por sí mismo, aunque se refresca el área para evitar que el fuego se extienda a otras zonas próximas.
Por su parte, la responsable de recursos humanos de Saica, Pilar Franca, explicó que los mecanismos de seguridad y la forma compartimentada de los almacenes impidieron que el fuego se extendiera de unos a otros. Matizó que, por precaución, se procedió a retirar la materia prima de las celdas que se encontraban junto a la incendiada.
Hasta las naves de El Burgo se desplazaron seis vehículos de los bomberos de la capital aragonesa: un coche de mando, una ambulancia y varias bombas (dos pesadas, una nodriza y una ligera). Al siniestro acudieron también tres vehículos del parque de Caspe, otro de La Almunia y un último de Cariñena. Los funcionarios permanecieron durante varias horas en las proximidades del almacén afectado para refrescar y remover los rescoldos, con el fin de que el fuego no volviera a reavivarse.
Un precedente
Este es el segundo incendio de envergadura que sufre la empresa papelera en los últimos años. El primero fue en la madrugada del 10 de febrero del 2009, cuando se declaró un fuego en las naves que Saica Natur (filial de Saica) tiene en el barrio del Picarral y obligó a movilizar a 60 funcionarios y una veintena de vehículos diferentes. Entonces, las llamas, que llegaron a superar los veinte metros de altura, se cebaron también con la zona de procesado de materias primas. Afectaron, además, a varios camiones que estaban allí aparcados.
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