El Aeropuerto de Zaragoza, siguiendo el programa de revisión de su Plan de Emergencias Aeronáuticas, ha realizado este jueves un simulacro con el objetivo de comprobar y evaluar la coordinación y los tiempos de respuesta ante un posible accidente o una emergencia aeroportuaria. El ejercicio se ha realizado con fuego real y, tal y como se preveía, no ha afectado a la operativa del aeropuerto.
Con esta prueba, según informa AENA, el aeropuerto cumple con la normativa de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), respecto a la planificación de las emergencias en los aeropuertos. Asimismo, la legislación de las distintas administraciones autonómicas, nacionales y locales, establece la obligación del gestor de una instalación aeroportuaria de contar con un plan de autoprotección.
Durante el simulacro se ha situado un equipo de observadores en los puntos estratégicos para que evalúen el ejercicio y determinen si se han cumplido los objetivos inicialmente marcados. Tal y como estaba previsto, el ejercicio de coordinación de emergencias no ha afectado a la operativa del aeropuerto.
Descripción del siniestro
En el ejercicio se ha simulado el accidente de un reactor que al iniciar el descenso por la cabecera 30 rompe el tren de aterrizaje delantero, impacta contra el suelo y tras deslizarse a gran velocidad se sale por el margen derecho incendiándose a continuación debido a la fuga del combustible.
El avión que transporta 30 ocupantes (27 pasajeros y tres miembros de la tripulación), presenta daños de fuselaje con incendio del mismo debido al derrame de combustible. La Torre de Control, al detectar el accidente, notifica a los servicios de primera intervención (Bomberos del Aeropuerto y Base Aérea, Centro de Operaciones…). Se activa el plan de emergencia y se constituye en la zona del accidente el Puesto de Mando Avanzado (PMA), que dirige las operaciones en el lugar del accidente.
Así se inicia la actuación de los diferentes colectivos participantes y se ponen en marcha todas las medidas oportunas para afrontar una situación de estas características. El Centro de Operaciones del Aeropuerto asume las primeras tareas de Coordinación de la Emergencia como Puesto de Mando Principal, hasta que se activa el COE (Centro de Operaciones de la Emergencia) que dirigido por la Dirección del Aeropuerto centraliza la coordinación de las actuaciones de la atención de la emergencia.
A nivel operativo, los primeros en intervenir son el Servicio de Extinción de Incendio (SEI) del aeropuerto que a su llegada al lugar del accidente proceden a controlar el incendio asegurando el área crítica de la aeronave mediante lanzamiento de espuma y dando protección a las vías de evacuación.
Al mismo tiempo se establece una zona segura para prestar atención a los heridos a la vez que van llegando los efectivos Médicos y del SEI de la Base Aérea, el CM de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza así como las ambulancias del Servicio de Emergencias Sanitarias del 061 y de la Cruz Roja. Por otro lado, los cuerpos de seguridad, entre ellos Guardia Civil, Policía Nacional, se encargan de controlar las vías de accesos y distribuir los efectivos al lugar de la emergencia.
El balance del accidente es de siete fallecidos (seis pasajeros y un tripulante), cinco heridos muy graves, seis heridos graves (cinco pasajeros y un tripulante), doce heridos leves e ilesas (once pasajeros y un tripulante). Tal y como estaba previsto, el ejercicio de coordinación de emergencias no ha afectado a la operativa del aeropuerto.
Este simulacro se enmarca dentro del Plan de Simulacros del Aeropuerto de Zaragoza, que se mantiene plenamente actualizado y operativo, ya que periódicamente los diferentes servicios del aeropuerto realizan simulacros parciales, para poner a prueba y evaluar su capacidad de respuesta.
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