domingo, 20 de abril de 2014

Los bomberos de Zaragoza retiran 70 enjambres de abejas en la última semana

Foto: Enjambre retirado de una terraza de un bar por los bomberos. Heraldo de Aragón
Los bomberos de Zaragoza han recogido en la última semana una media de diez enjambres de abejas diarios, enjambres del tamaño de una manzana y de hasta un balón de fútbol que aparecen en terrazas, ventanas, parques o jardines por toda la ciudad con la llegada del calor.

Las abejas reinas se activan después del invierno y cambian de panal, llevando la colmena a nuevos nidos que construyen en otras localizaciones, cerca de oquedades donde refugiarse y de zonas verdes donde buscan su alimento. En los últimos días, los bomberos de Zaragoza han comenzado a recibir avisos de decenas de panales que han aparecido en barrios como la Jota, el Actur, Rosales del Canal, la zona centro, Condes de Aragón, la Avenida de la Ilustración o Monzalbarba.

La abeja es un insecto protegido, está prohibido eliminarlas, de manera que los agentes, preparados con un traje especial y guantes, han de recogerlas y guardarlas con una reserva de comida y entregárselas a un apicultor. "Tenemos una lista de unos diez apicultores que vienen casi a diario a recoger las abejas donde las unen a sus colmenas para aumentar su producción de miel", ha explicado José Lasobras, jefe de sala del cuerpo de bomberos municipal.

Los bomberos utilizan una pastilla de humo para adormecerlas, recogerlas una a una y depositarlas en pequeñas cajas preparadas para mantenerlas vivas durante varios días, una labor que realizan en las primeras horas de la mañana, antes de que suba la temperatura. Cuándo retirar el panal es una de las claves para recopilar un buen número ya que la mayoría de las abejas trabajan fuera en las horas de sol, "por lo hay que procurar no dejarlas sin el panal y tratarlas con cuidado", añade Lasobras.

Algunos bomberos se han aficionado a la apicultura después de trabajar con estos animales, como es el caso de Jorge Cartiel, que en 2006 se montó un colmenar en su casa en el municipio de Anento. "Hace años no venían tantos apicultores y se nos acumulaban - a pesar de que había menos- así que decidí montarme un colmenar para darles salida y la verdad es que es un animal que cuando no lo conoces puede dar miedo, pero es amable y si no las presionan no pican", explica Cartiel.


Cada colmena puede producir de cinco a diez kilos de miel, dependiendo de la floración y de la calidad de la reina por lo que la lista de apicultores dispuestos a llegar desde diferentes puntos de la provincia para llevárselas está creciendo. "El pasado miércoles, un apicultor de Cariñena se llevó ocho enjambres para ampliar su colmenar y cada día recibimos más llamadas para preguntar si tenemos nuevos panales", ha explicado Cartiel.

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