Es habitual acudir a extinguir el fuego de coches sustraídos y que posteriormente son quemados para destruir pruebas o simplemente por divertimento. A los cacos no les basta con robarle unas horas el coche a su propietario para cometer sus fechorías si no que además se lo destruyen para siempre.
Fotos: Jesús Urzanqui
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