domingo, 27 de mayo de 2012

Lo que el fuego esconde


Foto: Nuria Soler
Un camión destinado a la extinción de incendios de 1929, bicicletas avisadoras, uniformes de bomberos del pasado siglo... Útiles que representan a la historia del cuerpo en la ciudad y que son testigos de la evolución y la tecnificación de esta profesión y que podrán verse en el Museo del Fuego de Zaragoza, un equipamiento que se inaugurará, tras más de una década con avances y sobre todo retrocesos, el próximo 22 de junio. Pero uno de los principales puntos fuertes de este espacio será la realización de visitas acompañadas. Porque en la puesta a punto de este espacio, realizada por el cuerpo de Bomberos y las brigadas municipales, se han combatido los ajustes presupuestarios con ideas y trabajo.

De este modo, la intención es que los grupos que acudan a ver las instalaciones puedan estar acompañados por un bombero, que les guiará por el museo contando sus experiencias y anécdotas y aportando una visión personal a la sucesión de las piezas. Este será --si todo marcha conforme lo previsto-- el toque personal del Museo del Fuego, un espacio ubicado en el rehabilitado convento de los Mínimos de la Victoria en la calle Pignatelli, en pleno Casco Histórico de la ciudad.

La utilización de dos plantas del inmueble para salas de estudio y centro de aprendizaje de idiomas ha restado espacio al proyecto museístico inicial, que preveía la utilización completa del espacio. De este modo, el museo propiamente dicho se ubicará en la planta baja del inmueble, donde se encuentra el claustro rehabilitado, y en el sótano.

Los vehículos
El claustro se destinará a la exposición de vehículos, algunos de ellos restaurados. Y, aprovechando los corredores laterales, se situarán otros objetos de gran tamaño como las bombas de extracción. En uno de estos pasillos, además, los visitantes podrán conocer la historia del edificio a través de paneles: desde la fundación del convento a sus múltiples usos a lo largo de la historia. O que el espacio que ocupaba la iglesia del convento es actualmente el Parque de Bomberos 2, donde se han conservado antiguas capillas con bóvedas y pinturas de la época.

En el sótano, de ladrillo abovedado, se localizarán las piezas más pequeñas, como extintores, lanzas, mangueras, cubos, hachas y escaleras. Y en otra sala se expondrán los uniformes de bomberos desde la década de los 40 hasta la actualidad, además de algunas piezas curiosas relacionadas con el cuerpo. Como ejemplo, un banderín de 1925. Y todo ello complementado con un audiovisual, que sustituirá a alguna de las actividades interactivas planificadas en el proyecto inicial y que ahora duermen en el cajón a la espera de menos rigores económicos.

No hay comentarios: