En verano, y especialmente en el mes de agosto, la ciudad se transforma, se queda vacía. Una sensación de amplitud en las calles deja entre ver que aquí falta gente. Circulando en servicio de urgencia se agradece la rapidez, la fluidez y sobre todo, el no ir pegando bandazos en la cabina del camión mientras te vas equipando de camino hacia el incendio. Pero también tiene sus desventajas. Hay menos gente y por lo tanto menos consumo de agua, se producen entonces sobrepresiones en la red y por consiguiente los conocidos reventones. La red falla en sus puntos más débiles y sale al exterior provocando pequeñas inundaciones en calles, locales y garajes. Es entonces cuando el vehículo de achiques pertrechado con múltiples bombas y electrobombas cruza la ciudad, eso si, con la rapidez y la fluidez que una ciudad vacía le permite.
Foto: Rescue me
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