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| Chus Marchador |
Desde que empezaron las navidades, los pirómanos no dan descanso a los Bomberos de Zaragoza. La noche del domingo volvieron a actuar, esta vez en la calle Luis Braille del barrio de San José, donde quemaron dos contenedores. Las llamas alcanzaron gran desarrollo y llegaron hasta el revestimiento cerámico de un comercio, que se desprendió en algunos puntos.
Este último incendio provocado se produjo sobre las diez de la noche y fue inmediatamente extinguido por los servicios antiincendios, que fueron alertados por un vecino.
Los residentes pasaron momentos de miedo y en algún momento llegaron a temer que las llamas se propagaran a las viviendas a través del patio y la fachada del inmueble.
El nuevo acto de vandalismo se registró solo un día después de la quema intencionada de tres contenedores en la calle Ribagorza del barrio de La Almozara. El fuego destruyó una furgoneta de venta ambulante cargada de gafas de sol y afectó a una vivienda próxima, uno de cuyos vecinos, una mujer embarazada, tuvo que ser asistida por los servicios médicos por inhalación de humo.
INVESTIGACIÓN
En ambos casos, la unidad de Policía Científica se ha hecho cargo de las investigaciones para tratar de determinar la autoría de los incendios, que están castigados con penas de prisión en el Código Penal vigente.
Fuentes de Bomberos alertaron ayer "grave riesgo" que supone para las personas la quema de contenedores, sobre todo en las zonas donde se ubican cerca de edificios, ya que las llamas pueden alcanzar los locales y las primeras plantas y causar grandes desperfectos.
La situación ha empeorado y el concejal del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza José María Moreno criticó ayer la supuesta "relajación" del consistorio y de la Delegación del Gobierno en Aragón frente a la "oleada" de actos vandálicos y quema de contenedores de los últimos meses.
Moreno, que exigió que se refuerce la seguridad, lamentó en un comunicado que, pese al incremento de este tipo de delitos, los medios materiales y personales de las fuerzas de seguridad en las calles siguen siendo los mismos.
En su opinión, la sensación de "impunidad" de los vándalos es creciente y no ha habido una respuesta contundente frente a una amenaza de nuevo cuño a la que debe hacer frente la Policía.
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