Otra noche vandálica en la capital aragonesa terminó el domingo de madrugada con cinco contenedores más quemados, cuatro de ellos en Las Fuentes y uno en la calle Pano y Ruata, en la Margen Izquierda, no muy lejos del Parque de Bomberos de Valle de Broto. De esta forma, en lo que va de año han ardido en Zaragoza más de 200 contenedores, lo que ha causado daños económicos por valor de unos 140.000 euros.
El primer incendio se declaró en un contenedor ubicado en Pano y Ruata, a medianoche del domingo y fue rápidamente sofocado por una dotación de bomberos. En este caso, los daños fueron muy pequeños y se limitaron exclusivamente al depósito.
La segunda intervención fue en la calle Batalla de Lepanto, junto al colegio público de educación infantil Torre Ramona, donde se quemaron completamente dos contenedores y otros dos sufrieron daños parciales.
Asimismo, en esta ocasión la actuación de los equipos de extinción fue muy rápida. "Los Bomberos se han presentado cuando todavía había fuego", comentó el propietario de un bar situado justo al lado de los depósitos. Su local no se vio afectado. "Ha habido suerte", dijo. "Han ardido cuatro de los cinco contenedores que había", añadió.
Esta nueva pira nocturna causó una gran alarma entre los vecinos de los bloques cercanos, hasta el punto de que muchos de ellos llamaron simultáneamente a los servicios de emergencia al ver el resplandor de las llamas.
INSEGURIDAD
Tras la intervención de los bomberos, operarios de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), la empresa concesionaria del servicio, sustituyeron de inmediato los receptáculos destruidos por el fuego.
La quema de contenedores es un agudo problema de seguridad que no cesa. A principios de la semana pasada, la Policía Nacional detuvo en Zaragoza a dos indigentes a los que se acusa de quemar al menos 29 depósitos de basura doméstica y de reciclaje desde el pasado mes de febrero.
Fueron sorprendidos cuando quemaban un contenedor en la calle Duquesa Villahermosa y uno de ellos manifestó al juez de guardia que su compañero "disfrutaba mucho" viendo arder los depósitos.
Su arresto fue en cierto modo sorprendente porque los mendigos no encajaban en el perfil del pirómano de fin de semana, por lo general un joven que recorre las calles medio borracho tras una noche dedicada a beber.
Con todo, la detención de los vagabundos no ha puesto fin al problema, pues la quema de contenedores ha seguido adelante, casi al ritmo de uno al día, según fuentes de los Bomberos de Zaragoza, que dedican un gran esfuerzo a combatir esta lacra.
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