La carrera del cielo

Edu Navarro

El Periódico de Aragón. R. Martí

Los pocos curiosos que pasaban al punto de la mañana de ayer por los aledaños del World Trade Center no salían de su asombro. Los dos rascacielos del barrio del Actur eran un goteo incesante de bomberos corriendo a todo trapo hacia el interior del edificio. Pero no pasaba nada grave. Los setenta bomberos de todas las partes de España estaban haciendo una contrarreloj individual. Para algunos puede ser una modalidad friki. Pero para los participantes la primera etapa del Circuito Nacional de Carreras Verticales no puede ser mejor entrenamiento para su trabajo. Zaragoza era la primera cita del circuito. Después llegará la Torre del Aqua de Valencia el 10 de julio y la Hesperia Tower de Hospitalet el 13 del mismo mes.

Poco antes de la salida todos los atletas estaban cerca de la línea de salida calentando. Les esperaba un esfuerzo agonístico de algo más de tres minutos. Debían recorrer para abrir boca una recta de 100 metros y después se adentraban en las tripas de la Torre Este donde subían tres plantas. Después llegaba el esfuerzo más intenso. Pasaban a la torre oeste donde escalaban las 17 plantas.

Pero la dureza se acentuaba puesto que debían colocarse el traje de faena. Un uniforme de 20 kilos de peso y la bombona de oxígeno, que pesaba otros diez más. En ningún momento de la carrera se pueden quitar el oxígeno. De lo contrario son descalificados. Conforme pasan los metros, los corredores aumentan sus pulsaciones. Subiendo la torre oeste pueden superan los 200.

La sensación de ahogo con la mascarilla y el cuerpo cada vez más bañado en sudor puede convertir en una tortura la competición. Al final Alberto Gómez, el bombero del Ayuntamiento de Zaragoza, fue profeta en su tierra. Fue el segundo con un buen tiempo de 3.25 minutos. Pero se encontró un crack en su camino. Era Mario Verdugo, bombero de la Comunidad de Madrid, que hizo ocho segundos menos que el representante local.