La noche del sábado al domingo no fué buena para el sector del crimen zaragozano. Al menos para una parte. Los Bomberos de Zaragoza se tuvieron que emplear a fondo para auxiliar a dos cacos que trataron de robar en el local de una academia y en un piso particular, respectivamente. El primero se quedó atrapado en el interior del recinto y el segundo cayó desde una altura de siete metros al tratar de huir de un piso que trataba de desvalijar cuando fue descubierto in fraganti por sus propietarios.
Casi rozando la una y media de la madrugada tenía lugar el primero de estos sucesos. Un hombre había accedido a un piso de la calle Tomás Bretón, número 44, de la capital aragonesa presuntamente para desvalijarlo. Los propietarios de la vivienda volvieron a casa y se encontraron con el caco en su interior. Este no vio otra salida que tratar de huir por una de las ventanas, en el segundo piso y a siete metros de altura. A la difícil maniobra no contribuyó que el hombre estaba en estado ebrio, por lo que se precipitó al vacío y quedó tendido en el suelo del patio de luces del inmueble visiblemente malherido. Los Bomberos tuvieron que acceder al hombre a través de una ventana del piso principal y este fue trasladado en ambulancia al hospital Miguel Servet de Zaragoza. Al cierre de esta edición su estado era grave.
Además, los efectivos de Bomberos tuvieron que sacar a una persona que había entrado en el local de una academia en la calle Valle del Roncal "con intenciones delictivas" y que se había quedado atrapado en su interior. Todo parece indicar que se había colado en el interior a través de una verja y que los vecinos dieron la voz de alarma al ver movimiento en el local. El presunto caco no podía salir de su interior.
Además, los vándalos prendieron fuego a un contenedor y una palmera del parque Pignatelli de Zaragoza, con una hora de intervalo entre ambos sucesos. Y también ardió una papelera de la calle Sobrarbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario