Los más de 17.000 bomberos y policías inscritos en la presente edición de sus Olimpiadas, que este año se celebran en la ciudad de Nueva York, se han encontrado con la desagradable sorpresa de una suspensión temporal de todas las pruebas debido a la llegada del huracán Irene, que a pesar de haber reducido su intensidad, mantiene en jaque a parte de la población de la gran 'city'.
Es precisamente el desplazamiento de cientos de personas cuya casa se encuentra en una zona no segura a pabellones polideportivos una de las razones que ha llevado a tomar la determinación de suspender las 60 disciplinas deportivas, que van desde las tradicionales pruebas atléticas hasta algunos ejercicios propios de cada profesión. A ello ha contribuido también la interrupción del servicio de metro y de autobuses. En un principio, esta suspensión se prolongará hasta el próximo martes, día en que se espera vuelva la normalidad a la zona.
Los bomberos y policías zaragozanos, que han sufragado personalmente los gastos del viaje y que han empleado sus días de fiesta a tal fin, han decidido seguir entrenando "a pesar de la fuerte lluvia y el viento" por los espacios públicos, según señala Carlos Felipe, uno de los participantes.
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