miércoles, 9 de marzo de 2011

En la medida justa

Muchas veces la línea que separa lo justo de lo excesivo es demasiado estrecha, demasiado frágil o demasiado fácil de cruzar. Es humano reconocer los errores y aprender de ellos, como lo es también pedir disculpas si no se ha actuado adecuadamente. Lejos de pretender molestar a una persona o a un colectivo, el simple hecho de cruzar esa delgada línea puede tirar por tierra el trabajo que otras personas llevan tiempo realizando, poniendo todo su empeño por que todo salga perfecto y trabajando por todo el conjunto sin esperar nada a cambio. La reflexión no es una disculpa, pero te puede evitar una en un futuro; Reflexionemos.

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes toda la razon.
Hace tiempo que se ha traspasasado la linea.
Compañeros que han trabajado para todos, sin pedir nada a cambio.
Bueno si que piden algo; RESPETO.

J.C.Garza dijo...

Me imagino por donde van los tiros de esta "reflexión"David.como en otras muchas ocasiones, el que unos pocos cruzen esa delgada linea del respeto puede enturbiar un gran esfuerzo desinteresado.Pero ¿son conscientes estos "saltadores" habituales de lineas de que la han saltado, si no es así a lo mejor deberíamos decirselo no crees...