Es cada vez más frecuente en las Ciudades, ver como algunos conductores piensan que están en el paddock de salida de un gran premio. Por lo general incluso arrancan antes de que el semáforo alcance el color verde llevándose por delante a todo peatón que no le haya dado tiempo de cruzar.
Por otra parte están los apuradores, que apuran el color ámbar hasta medio minuto después de que este haya cambiado de color.
Y por supuesto también está la tan conocida ley de murphi, que se da cuando ambos sujetos se encuentran en el mismo espacio y tiempo. A partir de aquí es cuando nosotros participamos en esta formula en la que todo tiende a infinito y cuyo resultado no suele gustar a nadie.
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