El Periódico de Aragón. Roberto Miranda.
Muchos no han reparado que los 15 grandes pasos con los misterios del Rosario que diseñó Ricardo Magdalena para que salieran por primera vez en el Rosario de Cristal de 1890 están inspirados en la caja y el remate del famoso Big Ben del Parlamento británico, que se construyó en 1858 a orillas del Támesis.
Magdalena asomó ese neogótico eduardiano (copiado también en las estaciones Victoria, del mismo Londres y Lyon en París) a los avances que ya realizaba el modernismo con el vidrio y el acero. Y de ahí resultaron esos grandes faroles que ayer recorrieron las calles de Zaragoza desde las primeras sombras hasta la noche, y que ahora, según explica la pintora Carmen Pérez Ramírez, "nos copian en muchos sitios para sus rosarios de cristal".
Pérez Ramírez es la autora del nuevo paso contemporáneo (2003) que reúne a los cinco misterios luminosos y de los faroles abstractos. Y evocaba una época en la que "se apagaban los faroles de las calles y pasaba el rosario como en silencio, en medio de aquella oscuridad".
Ayer, la megafonía daba las avemarías cantadas en el recorrido ante un público emocionado que, durante dos horas, veía pasar 250 años por delante, de espaldas por un rato al jolgorio musical y también espectacular que poblaba el Paseo de Independencia. Una devota de Ambel llamada Mariana Velilla, vecina de Zaragoza, comenzó a rezar el Rosario con otras seis personas en la capilla de la Virgen, saliendo a la calle en los últimos misterios, en el año 1756. Anoche, al ver pasar los más de 300 faroles y carrozas, una mujer decía: "A mí se me hace corto".
"Éste no es sólo el Rosario de Zaragoza, sino el de muchísimos pueblos que tienen un altar barroco dedicado a la Virgen del Rosario y su cofradía". Fue la Contrarreforma. Lo explicaba ayer Emilio Barcelón, de la orden de frailes "animadores de esta devoción" que creó Santo Domingo en el siglo XIII, como forma de enseñar a rezar al pueblo, recitando avemarías y mientras en la mente se contemplan los misterios.
Abrió la comitiva la imagen de ese santo y la Cruz del Rosario, recién restaurada. Y la cerraba la carroza de la Hispanidad, ausente el año pasado, a la que se le ha reparado la guía. Estaban los gremios y grupos que acompañaban cada paso: los bomberos siempre con el Quinto Misterio Glorioso, el de la Coronación de la Virgen, "desde hace 103 años".
Muchos no han reparado que los 15 grandes pasos con los misterios del Rosario que diseñó Ricardo Magdalena para que salieran por primera vez en el Rosario de Cristal de 1890 están inspirados en la caja y el remate del famoso Big Ben del Parlamento británico, que se construyó en 1858 a orillas del Támesis.
Magdalena asomó ese neogótico eduardiano (copiado también en las estaciones Victoria, del mismo Londres y Lyon en París) a los avances que ya realizaba el modernismo con el vidrio y el acero. Y de ahí resultaron esos grandes faroles que ayer recorrieron las calles de Zaragoza desde las primeras sombras hasta la noche, y que ahora, según explica la pintora Carmen Pérez Ramírez, "nos copian en muchos sitios para sus rosarios de cristal".
Pérez Ramírez es la autora del nuevo paso contemporáneo (2003) que reúne a los cinco misterios luminosos y de los faroles abstractos. Y evocaba una época en la que "se apagaban los faroles de las calles y pasaba el rosario como en silencio, en medio de aquella oscuridad".
Ayer, la megafonía daba las avemarías cantadas en el recorrido ante un público emocionado que, durante dos horas, veía pasar 250 años por delante, de espaldas por un rato al jolgorio musical y también espectacular que poblaba el Paseo de Independencia. Una devota de Ambel llamada Mariana Velilla, vecina de Zaragoza, comenzó a rezar el Rosario con otras seis personas en la capilla de la Virgen, saliendo a la calle en los últimos misterios, en el año 1756. Anoche, al ver pasar los más de 300 faroles y carrozas, una mujer decía: "A mí se me hace corto".
"Éste no es sólo el Rosario de Zaragoza, sino el de muchísimos pueblos que tienen un altar barroco dedicado a la Virgen del Rosario y su cofradía". Fue la Contrarreforma. Lo explicaba ayer Emilio Barcelón, de la orden de frailes "animadores de esta devoción" que creó Santo Domingo en el siglo XIII, como forma de enseñar a rezar al pueblo, recitando avemarías y mientras en la mente se contemplan los misterios.
Abrió la comitiva la imagen de ese santo y la Cruz del Rosario, recién restaurada. Y la cerraba la carroza de la Hispanidad, ausente el año pasado, a la que se le ha reparado la guía. Estaban los gremios y grupos que acompañaban cada paso: los bomberos siempre con el Quinto Misterio Glorioso, el de la Coronación de la Virgen, "desde hace 103 años".
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